24.6.09

la solidaridad....


Dos hombres estaban sentados en la barra de un bar, cuando uno de ellos resbaló del taburete y se cayó al suelo.

El primero, al ver que el otro no iba a poder volver solo a su casa, decidió ayudarle y buscó la dirección en su cartera. Pasándole un brazo por la cintura, lo levantó y se dirigió con él hacia la puerta. Pero como sus piernas no le sostenían se volvió a caer.

“Vamos, borrachín –exclamó el primero-, ¿por qué diablos no has dejado de beber un poco antes?” El hombre murmuró algo, pero su compañero no estaba de humor para prestarle atención. Sintiéndose más caritativo que la Madre Teresa, se lo cargó a las espaldas y lo llevó a su casa. Llamó a la puerta, indignado. Una mujer le abrió la puerta, entró en la casa y soltó al hombre sobre un sofá.

“Aquí está su marido –le dijo-. Yo, si fuera usted, tendría una charla muy seria con él acerca de la bebida.”

“Le aseguro que lo haré –prometió la señora-. Pero dígame una cosa –le dijo sin dejar de mirar al exterior-, ¿dónde está su silla de ruedas?”

OSHO

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