Mi retiro ha llegado a su término
y pienso en los días que he pasado
por estos contornos…
Veo la imagen de mí mismo
tal como era cuando llegué aquí…
y me miro tal como soy ahora,
al termino del retiro…
Pienso en las personas y lugares
que han formado parte de mi aislamiento.
A cada uno de ellos
manifiesto mi agradecimiento
y le digo adiós:
otros lugares, otras personas me llaman
y debo marchar…
Pienso en las experiencias que he tenido…
las gracias que me han sido otorgadas…
en este lugar.
También a todas ellas estoy agradecido…
Pienso en el género de vida que aquí he llevado…
el ambiente…el horario cotidiano…
De todo ello me despido:
otro tipo de vida me espera,
otras gracias, otras experiencias…
Y al despedirme de las personas,
lugares,
cosas,
acontecimientos,
experiencias
y gracias,
lo hago obedeciendo
a un inexcusable imperativo de la vida:
Si deseo estar vivo,
he de aprender a morir a cada momento,
esto es, a decir adiós, a marchar, a seguir.
Una vez hecho esto,
me vuelvo hacia el futuro
y digo: “Bienvenido”.
Pienso en el trabajo que me espera…
las personas que conoceré…
el genero de vida que voy a llevar…
los acontecimientos que tendrán lugar mañana…
Y extiendo mis brazos para dar la bienvenida
a los requerimientos del futuro…
ANTHONY DE MELLO
y pienso en los días que he pasado
por estos contornos…
Veo la imagen de mí mismo
tal como era cuando llegué aquí…
y me miro tal como soy ahora,
al termino del retiro…
Pienso en las personas y lugares
que han formado parte de mi aislamiento.
A cada uno de ellos
manifiesto mi agradecimiento
y le digo adiós:
otros lugares, otras personas me llaman
y debo marchar…
Pienso en las experiencias que he tenido…
las gracias que me han sido otorgadas…
en este lugar.
También a todas ellas estoy agradecido…
Pienso en el género de vida que aquí he llevado…
el ambiente…el horario cotidiano…
De todo ello me despido:
otro tipo de vida me espera,
otras gracias, otras experiencias…
Y al despedirme de las personas,
lugares,
cosas,
acontecimientos,
experiencias
y gracias,
lo hago obedeciendo
a un inexcusable imperativo de la vida:
Si deseo estar vivo,
he de aprender a morir a cada momento,
esto es, a decir adiós, a marchar, a seguir.
Una vez hecho esto,
me vuelvo hacia el futuro
y digo: “Bienvenido”.
Pienso en el trabajo que me espera…
las personas que conoceré…
el genero de vida que voy a llevar…
los acontecimientos que tendrán lugar mañana…
Y extiendo mis brazos para dar la bienvenida
a los requerimientos del futuro…
ANTHONY DE MELLO