Un hijo del rabino se convirtió al cristianismo y el rabino estaba totalmente perturbado.
El mismo Dios bajó a la tierra a consolarlo. “Después de todo”, dijo el Señor, “¿No ocurrió lo mismo con mi hijo hace dos mil años?
“Si”, replicó el rabino, “pero no olvide, mi hijo era legítimo.”
OSHO
Interesante e inquietante respuesta!!
ResponderEliminarBesos y abrazos