Un hombre corrió excitadamente hacia otro hombre en la calle y dandole cordialmente un cachete en la espalda dijo: “Paul Porter”, le saludó, “¡Qué alegría de verte!. Pero dime, Paul, ¿Qué te ha pasado?. La última vez que te vi, eras bajo y gordo. De pronto apareces alto y delgado.”
“Mire, Señor”, contestó el perplejo hombre, “no soy Paul Porter”.
“Ah” tronó el impavido saludador, despectivamente.
“¿Cambiaste tu nombre también, ¡eh!?”.
OSHO
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