la rebelion...

La verdad nunca es una tradición. Nunca es una convención, no puede ser dada por una generación a otra generación. No es conformista. La verdad es rebelión. La verdad es la rebelión contra la estructura social, la esclavitud espiritual, rebelándose en contra de todo lo que se impone en ti a la fuerza, de la que tú no has tomado ninguna decisión propia, a la que tú no has dicho que sí -rebelarse contra todo lo que se ha creado a tu alrededor por la iglesia, por el Estado, por la estructura de la sociedad. Es sólo a través de una rebelión que te conviertes en un individuo. Es sólo a través de la rebelión que se alcanza el alma, que el yo es nacido. Y la libertad no tiene nada que ver con el ego. El ego es un fenómeno social. Es creado por conformidad, convención, tradición. El ego es creado para obedecer todas las tonterías que van acumulándose a través de los años. Cuanto más se obedece a la sociedad, tu ego más se completa. Ellos pondrán apuntalar tu ego, te llamarán moral, espiritual, santo, santo. Te respetarán, si estás dispuesto a inclinarte, te respetarán a ti. Es un mutuo acuerdo: la sociedad sólo respeta a las personas que están dispuestas a ceder a sus dictados. Se mata a un Jesús, y adoran al Papa. Asesinaron a Sócrates... Para conocer la verdad uno tiene que aprender la forma de la rebelión, uno tiene que aprender el arte de la rebelión. Es lo más valioso para aprender. No es una reacción ciega. No es destructiva. Es necesario una enorme inteligencia para estar en rebelión y estar vivo, estar en rebelión y no estar en conflictos innecesarios. Decir que sí a todo lo que es formal. No hay necesidad de luchar contra él. Si la sociedad dice: "Manténgase a la izquierda", entonces está perfectamente correcto: mantenerte a la izquierda. Si la sociedad dice: "Manténgase a la derecha", está perfectamente bien: Manténgase a la derecha, ya no importa. Es sólo una ley formal de la sociedad -útil, utilitario. Pero si la sociedad dice algo y tienes que vender tu alma, entonces rebelión absoluta. En el noventa por ciento de los casos se puede decir que sí sin ningún tipo de compromiso. Sólo en un diez por ciento de los casos te tienes que atener a ti mismo.

OSHO